23 ago 2007

Libardo ganó seis granos de maíz

Por John Acosta

Libardo contó los granos de maíz que tenía sobre la mesa: once. Respiró tranquilo porque iba ganando uno. Sus tres contendores le acababan de pagar de a dos cada uno por haber ganado él el partido anterior. Menos mal porque apenas tenía cinco, de los diez con que cada jugador inicia la jornada. Después de verificar sus granos, Libardo empezó a revolver las 28 fichas del dominó. “De todas formas, a Yayo lo mataron por una acusación injusta”, prosiguió con otras de las tantas conversaciones que había entablado con sus compañeros de juego desde que iniciaron el partido, cuatro horas y media antes. “Es cierto. Le pusieron palabras en su boca que él jamás dijo”, le replicó Saúl, mientras agarraba sus siete fichas. “Es que él era muy dicharachero, ocurrente, animado, pero no era mentiroso”, agregó otra vez Libardo. Miró a sus siete fichas: tres dobles y un pequeño juego de dos cuatro, más el doble cuatro. “La verdad es que le inventaron esas cosas para poder justificar su asesinato. Bueno, Libardo, sal rápido, que este partido me lo gano yo”, inquirió Antonio, confiado en el juego de cincos que le salió.