14 feb 2012

Isolina pudo comprar su máquina de coser nueva


Por John Acosta

Isolina Teresa López de Daza comenzó a vivir su destino desde muy temprano. Distracción era un pueblo de calles ardientes y sin pavimentar, por donde corrían felices los niños que jugaban el chusaleco, la lleva y el escondío. Isolina comenzó su primaria en la Escuela Oficial de Niñas, que en esa época era de doble jornada, hasta que un chofer de camión, hechizado por los encantos físicos de aquella adolescente recién entrada al exclusivo mundo de las mujeres hermosas, se dio a la tarea de rescatarla para siempre del universo infantil del juego de muñecas: no perdía ocasión para enamorarla.