23 jun 2012

Ser macho no es llevar un arma en la pretina


Por John Acosta

La primera imagen que tengo en mi memoria de un muerto a tiros sucedió en La Junta, al sur de La Guajira. Eran las ocho de la mañana y el pueblo había amanecido con una agitación inusual porque en la orilla del río alguien quemó el carro de un habitante conocido y le disparó a quemarropa al hijo más querido de una familia humilde. Yo era, entonces, un niño famélico y lombriciento que se levantaba, todos los días, directo a la cocina a sentarse en la piedra que estaba en un rincón, desde donde veía a mi abuela amasando el maíz para las arepas y bollos del desayuno.