26 sept 2012

Mi abrazo de despedida al padre Ignacio Gómez


Por John Acosta

Mi querido padre Nacho: ya hace más de 20 años que no sabía de usted y vine a saber hace pocos días, cuando el domingo 2 de septiembre me senté en el balcón a leer el diario La República del día anterior, sábado primero de septiembre: “Adiós a Ignacio Gómez Lecompte, un sacerdote ejemplar”, me encontré de repente con ese titular y una foto suya que me sorprendió mucho: canoso ¡y de sotana blanca! Pero, por supuesto, con esa sonrisa sincera que le conocí en mi adolescencia.  Le voy a confesar algo, que sé que no le va a gustar, padre Nacho: se me aguaron los ojos de ira y de impotencia.