21 jul 2013

Mi hija Aura Elisa escribió su primer poema, dos años antes que yo

Por John Acosta

Con mi hija Aura Elisa, en su cumpleaños
No sé qué diablos hacía yo con ese libro de cuarto de primaria en las manos, si yo estaba en el primer año de la secundaria. Lo cierto es que apenas en ese momento me topé con ese texto que no leí o ignoré dos años atrás. Confieso que me marcó para siempre. En Casacará no había luz eléctrica y a los estudiantes nos tocaba apartar los avechuchos de las hojas de los cuadernos para que nos dejaran escribir. Uno le alzaba o le bajaba la mecha a la lámpara de petróleo, de acuerdo a la intensidad de la noche oscura. La imagen y la emoción de esa noche, volvió ahora a mi conciencia porque mi hija Aura Elisa tuvo el valor de mostrarme ayer su primer poema.

11 jul 2013

La Junta y Casacará, dos distinciones que me honran


Por John Acosta

Iglesia de Casacará, Cesar
Hace poco, llamé a mi mamá a su celular para preguntarle por la fecha de mi bautizo, ya que debía buscar mi partida de ese acto sacramental. “Fue el mismo año de tu nacimiento. Recuerdo que tu papá fue por ti a la casa y después te trajo bautizado”, me respondió. Tuvo lugar en Casacará, por supuesto, tierra donde ella me había dado a luz. La mañana en que hice esa llamada, recordé que debía hablar con mi madre para conocer su historia sobre la separación de nosotros dos, ocurrida cuando yo tendría cerca de tres años de haber nacido.

9 jul 2013

La muerte le apuesta al chance

Por John Acosta

Sepelio de Ana Rosa Blanco. Foto de ADN Barranquilla
Esta tarde conocí el miedo en persona. Tiene cara de tristeza, mirada perdida en la nada, tembladera en el cuerpo, un silencio profundo, incertidumbre  y una impotencia infinita. Lo tuve sentado a mi lado por una hora. Su estrategia es apoderarse de una persona, anularla y suplantarla. Maura está muerta del susto. Y tiene toda la razón del mundo para estar así.  Acabo de dejarla en el entierro de la tercera compañera de trabajo (según los medios de comunicación) que le asesinan en 36 días. “En total, van cinco matadas, desde que inició esta locura”, me dijo en uno de sus regresos esporádicos a su conciencia, contrariando lo que dicen los medios. Otras tres han sido heridas de gravedad, cuando sicarios intentaron asesinarlas. “Lo peor es que no sabemos quién será la próxima porque dicen que van a liquidar a 25 boliteras de la empresa”, alcanzó a decirme en una de las pocas veces en que su carácter logró arrebatarle, por pocos segundos, su yo al miedo. Bolitera es el nombre con que se les conoce a las vendedoras de chance.