5 jun 2013

El gas natural domiciliario llega a La Junta

Por John Acosta

El crepitar de las llamas del fogón recién encendido era un estímulo para el alma, adormitada todavía por la despertada reciente. El resplandor de la leña prendida le daba a la silueta de mi abuela un aire sobrenatural: o no sé ahora si esa aureola se la imprimía más mi amor inocente de nieto mimado. O, tal vez, los dos: la luz del fogón más mi visión infantil. Lo cierto es que ver a mi abuela moliendo el maíz, con su mirada perdida en su propia resignación, es la primera imagen que me llega a la mente ahora, más de 40 años después, cuando supe que el gas natural llegaba, por fin, al pueblo del alma.