3 oct 2013

¡Quién podrá salvarnos del voraz apetito de los comparendos electrónicos en Barranquilla!

Por John Acosta

El primer brote de alarma vino cuando la persona que me recibió la denuncia, en la inspección de policía, me dijo que, últimamente, eran muy frecuentes ese tipo de pérdida. “Esas placas ya no las están pegando bien”, me dijo. El segundo campanazo de alerta me pegó en el momento en que el  señor que me le tomó las improntas al carro, en la Secretaría de Movilidad de Barranquilla, me confirmó la cuestión, sin preguntárselo. “Le cuento que yo creo que esas placas ahora las pegan será con moco”, dijo con una determinación sincera. “A cada rato, viene gente aquí para lo mismo”, remató.