28 jun 2014

El señor Navas, un joven de 91 años

Montado en su bestia, revisa los trabajos que hacen en su finca
Por John Acosta

El señor Navas (mi suegro) y yo acabábamos de entrar al corral, donde dos trabajadores ordeñaban las vacas. Sixta Tulia, una de sus hijas (la bacterióloga: le dicen La Doctora), ya estaba en la puerta que unía al cercado de los terneros del de sus madres. Cuando uno de los ordeñadores se lo solicitaba, ella entreabría  el portón y dejaba salir uno de los jóvenes animales para que fuera a amamantar a su progenitora. “¡Otro!”, le pedían los obreros del monte al terminar de sacarle la leche a la cuadrúpeda de turno. El sol comenzaba a calentar ya con una furia inusitada, como para recuperar la fuerza perdida con un temporal de lluvia que duró toda la tarde anterior y que apenas se manifestó en la prima noche con un leve aguacero. El señor Navas saludó como saludan los hombres rudos de finca: “¡Ajá!”, dijo. Y los dos empleados le contestaron de la misma forma. El suegro hizo dos o tres preguntas y volvió a salir. A su hija y a mí nos extrañó que se fuera tan rápido, pues la felicidad de él consistía, precisamente, en eso: la ganadería. Más tardamos Sixta y yo en salir del asombro, que el señor Navas en regresar con una soga, lista para enlazar, sostenido entre su hombro y brazo izquierdos.  “Ajá, ¿y usted piensa amarrar algún animal ahora?”, le pregunté alarmado. “Vaquero que se respeta no debe entrar nunca al corral sin su rejo”, me respondió.

13 jun 2014

¡Bendito 15 de junio de elecciones, por fin estás ahí!

Por John Acosta

Por el bien del país, lo primero que debe hacer el candidato que pierda las elecciones a la Presidencia de la República es reconocer, públicamente, su derrota. Tiene que hacerlo con la gallardía de un contrincante digno, sin respirar por la herida, sin mostrar la amargura del fracaso. Y debe actuar con la urgencia debida para que se empiecen a deponer los ánimos, exaltados a la enésima potencia por culpa de una campaña de improperios, de verdades a medias, de mentiras, de señalamientos sin pruebas, en fin ¡Qué bueno que ya estamos ad portas de que culmine esta horrible noche en la que nos sumieron los estrategas políticos!

11 jun 2014

La ultraizquierda y lo más granado de la oligarquía santafereña en un mismo costal: ¿otro falso positivo?

Santos, Vargas Lleras, Dussán, Cepeda y Córdoba: del mismo lado
Por John Acosta

Después de escucharlos, durante muchos años, denigrar contra lo que siempre han llamado  “rancia oligarquía” y despotricar con razón contra los tristemente célebres “falsos positivos”, causa escozor verlos ahora enarbolando la bandera de la campaña presidencial que representa a lo más selecto de la oligarquía capitalina: Juan Manuel Santos, quien encabezaba  el Ministerio de Defensa cuando militares bajo su mando asesinaron a centenas de jóvenes humildes para presentarlos como guerrilleros caídos en combate, y Germán Vargas Lleras, el más fiel representante de la ultraderecha colombiana. Ambos son descendientes de presidentes. Iván Cepeda (cuota del Partido Comunista Colombiano –PCC- en el Polo Democrático Alternativo –PDA), Jaime Dussán (cuota de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación –Fecode- en el PDA), Piedad Córdoba (una de las más insignes impulsadoras de la Marcha Patriótica) son representantes de la izquierda ortodoxa y recalcitrante de Colombia: la ultraizquierda, para acuñar un término parecido al que estos políticos usan para denominar a los que son exactamente igual a ellos, pero en el otro extremo ideológico: la ultraderecha. Resulta que estos últimos (Cepeda, Dussán y Córdoba) acaban de unirse a los primeros (Santos y Vargas Lleras): ¿los extremos se tocan? Debido a la derechización en que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) han sumido a la población colombiana, uno no podría discernir si esta bendición que la izquierda radical le acaba de dar a sus homólogos de derecha le suma o le reste votos a la campaña del binomio Santos-Vargas Lleras.

3 jun 2014

¿El Fiscal Montealegre y los medios de comunicación asimilaron el golpe de la primera vuelta?

El fiscal Eduardo Montealegre
Por John Acosta

Es indudable que los colombianos castigaron en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2014 a la intromisión (indebida, por supuesto) en política del fiscal General de la Nación, Eduardo Montealegre y de los medios de comunicación nacional, a favor de una de las cinco candidaturas a la Presidencia de la República. Esa impertinencia se les convirtió a ambos (fiscal y medios) en un bumerang que golpeó al candidato ungido y favoreció al atacado. Más de una semana después de la primera vuelta, parecía que el Fiscal había aprendido la lección, pero los medios no tanto.