24 mar 2014

Cuando Buenaventura era una fiesta

Con la gallada del barrio Lleras
Por John Acosta

El brandy más sabroso del mundo se tomaba en La Punta del barrio Lleras de Buenaventura, a las cinco de la tarde, mezclado con leche condensada, mientras el sol despuntaba, agonizante,  allá en el horizonte y la brisa del océano Pacífico nos envolvía a todos con su pestilencia a mierda seca y retozábamos de alegría  sentados sobre los maderos frescos en la playa sin arena, cantando a todo pulmón lo que se nos diera la gana, sin que nadie no los impidiera, ni paracos ni guerrilleros hijos de puta, asesinos, mal paridos, desgraciados, que llegaron un día a rifase esa fiesta  sin el permiso debido de quienes disfrutábamos de la dicha de la Buenaventura libre.

Perdonen la sinceridad con que hoy les escribo, pero da rabia las sucesivas noticias con que los telenoticieros, los periódicos y la radio se ensañan contra lo que ayer fue una fiesta, amenizada con salsa de la buena. Entiendo perfectamente que la noticia debe darse tal y como sucedió. Sin embargo, esa que veo reflejada hoy en los medios, no es la Buenaventura que llevo en el alma.