16 oct 2014

Pongo fin a mi relación de ocho años con Tigo

Por John Acosta

Siento una profunda tristeza ante la impotencia que me produce las dilaciones sucesivas del operador de celular Tigo en Colombia. Al parecer,  no les interesa perder tres clientes por las terribles demoras internas en resolver asuntos menores. Tampoco les importa un bledo las amenazas de hacer público la pandemia de ineficiencia que los carcome. No aguanto más esta desazón que me arruga el alma de cliente fiel por más de ocho años (lo mismo que mi señora y mi hija Aura Elisa) de una empresa que no hace el más mínimo esfuerzo para sacudir su letargo, así sea por un momento, y resolver de una el asunto que me agobia. Precisamente, en octubre de 2012 escribí en este mismo blog mi decisión de retirarme de Tigo por otra injusticia que me cometían conmigo: ¡es increíble! Debo decir que ese artículo tiene ya cerca de diez mil lectores y es el segundo más leído en toda la historia de este medio de comunicación. Solo, entonces, reaccionaron e hicieron justicia con mi caso. Creo, sin embargo, que esta vez el divorcio sí es definitivo, a juzgar por las nuevas circunstancias.