8 sept 2015

El don de escuchar el silencio con las manos solo lo tienen personas con alta sensibilidad espiritual

Por John Acosta

El emotivo aplauso de los más de 500 asistentes se pudo ver en todo su esplendor. Mis ojos se deleitaron con aquella singular muestra de gratitud por parte del público al tiempo que mis oídos escucharon el silencio sepulcral de aquella ovación muda. Entonces, recordé de nuevo que sí es posible hacerse escuchar sin emitir palabra alguna. El auditorio de postgrado, ubicado en el sexto piso del bloque K de la Universidad Autónoma del Caribe, era esa mañana la más hermosa evidencia de cómo derrotar la exclusión. Los que aplaudían alborotadamente en medio de su eterno sigilo eran personas con discapacidad auditiva que festejaban el más reciente chiste contado en el 2° Festival Nacional del Humor Sordo.