10 sept 2015

El Diomedes Díaz fugitivo nunca buscó refugio en donde El Gavilán Mayor

Por John Acosta @Joacoro

El soldado Eldivier Enrique Oñate Gutiérrez, a quien apodan El Neno, vio que su amigo y compañero en armas se le acercó sonriente esa media mañana. “Lanza, mi Mayor me preguntó si yo sabía dónde queda La Junta, como que quieren ir a visitar a Diomedes Díaz”, le dijo el soldado Carlos Andrés Maestre, hijo de Juan Maestre, el administrador de unas de las fincas de El Cacique. El soldado Oñate se sintió regocijado porque su Mayor del Ejército quería conocer el pueblo de sus entrañas. Al poco rato, regresó el mismo soldado Maestre, pero con cara de tragedia. “Lanza, no van a visitar al Cacique, lo van a capturar”, le dijo. Entonces, entendieron que todos esos andinos (cachachos, le decimos en el Caribe colombiano) que habían llegado bien armados y vestidos de civil la noche anterior al Batallón Rondón, de la población de Buenavista, en La Guajira, tenían la misión de llevarse preso a Diomedes Díaz. “Pero se van a jodé porque ya es que voy a llamar a que lo pongan en alerta”, le respondió el soldado Oñate a su amigo. Y se arriesgó a ir a la oficina de Telecom a realizar la llamada de larga distancia.